domingo, 16 de marzo de 2014

Mi vocación,mi religión

Esta semana he tenido oportunidad de participar en el encuentro corporativo de la organización para la que trabajo,en la que además de conocer datos,resúmenes y proyectos, me he dado cuenta de que formo parte de un grupo de adorables majaderos a los cuales nos da igual quien gobierne,el partido y hasta la empresa. 
Somos unos profesionales a los que nos importa la unión sanitario ciudadano/paciente por encima de todo y por ello un modelo que pone en el centro esta misión, cuenta, a pesar de la situación económica, del apoyo de todos y cada uno de nosotros. 
No hay nada como basar en evidentes razones asistenciales para convencer a los profesionales de que el camino del esfuerzo es duro pero adecuado. Y nada tampoco como los resultados de que el esfuerzo clínico ha merecido la pena para  renovar ilusiones. 
Incluso de los fracasos, o mejor, precisamente gracias a ellos , se sacan tantas conclusiones como de los éxitos. Qué sería una gran organización sin fracasos...
En mi día a día tengo tan interiorizado lo que hago que no soy consciente de lo diferente que es a lo que se hace en mi ámbito. Por ello toca mostrar, enseñar y comparar, seguir siendo vanguardia y conseguir que las críticas se autolimiten al ver un trabajo bien hecho por profesionales y no una orquesta política intentando ganar dinero con duros a cuatro pesetas. 
¿Lo haremos posible, Don Alberto? Yo tengo fe en mi religión, mi vocación. 

P. D: La que ha liado ;) 


Y le comparto esta canción que para mi es un himno que me invita a avanzar : http://open.spotify.com/track/66GMJntLJlDmBlOrFLAIjp





2 comentarios:

  1. Apreciada M. Ángeles:

    Vocación y religión mezcladas y vinculadas un acto corporativo empresarial, me mueven poco a la ilusión, algo más a la reflexión y sobretodo a la prevención.
    Soy poco/nada de "ejercicios espirituales", pero con anagrama corporativo...¡pfff!
    En fin, maneras de ver.
    Saludos,

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  2. Hola M. Ángeles,

    Acabo de darme cuenta de que mi comentario del 23 de marzo aparecía sin firma. No era mi intención, ni es mi estilo.
    Saludos,

    Toni Bayón

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